La imagen de la Virgen de la Fuensanta y su iconografía

La enigmática historia de la imagen de la Patrona de Murcia ha ido produciendo a lo largo de los siglos diferentes versiones y leyendas, muchas de ellas fruto de la imaginación popular. Sin embargo, hay datos y referencias que están bastante claros en que ya en 1522, en un inventario del Santuario, se menciona que su Iglesia está presidida por una imagen de la Virgen de bulto redondo, vestida con un manto y coronada. No se menciona en este inventario la imagen del Niño porque éste fue incorporado a la imagen a principios del Siglo XVIII.

La Virgen de la Fuensanta es una imagen de origen medieval, de talla completa en madera policromada, de 1’43 m. de altura. Durante los siglos XVI y XVII era vestida únicamente con un manto sobre la talla. De esta época data el acabado de la falda original de la imagen, policromada en rosa y con ramos de flores estofadas, así como las dos puntas de zapatos dorados que asoman a sus pies. Ya a principios del Siglo XVIII, y gracias a los grabados conservados, se sabe que el torso de la talla fue retallado para adaptarle el corpiño y convertirla en imagen vestidera completa, adaptando al gusto barroco la imagen medieval original (caso muy común en España). En 1722, el artista marsellés Antonio Dupar, que trabajaba para el Cabildo Catedralicio en distintas obras de la Catedral, realizó el anterior Camarín de la Virgen y su trono estable, repletos ambos de ángeles y querubines, así como la bella imagen del Niño Jesús que le fue incorporada a la Virgen en su brazo izquierdo. En 1802 y a instancias del Cabildo, Roque López (discípulo de Salzillo) examinó la talla, datándola como imagen medieval, y retalló y repolicromó su rostro, colocándole los actuales ojos de cristal. En 1850, el escultor murciano de origen napolitano Santiago Baglietto volvió a restaurar la imagen.ed settings.

Fue en el Silgo XIX por tanto cuando se terminó de conformar la iconografía de la Virgen de la Fuensanta que se ve en la actualidad, al ser sustituido el verduguillo que recubría su cabeza por las pelucas de tirabuzones de origen decimonónico y mantener la presencia del rostrillo (característica combinación exclusiva de esta imagen). Así, la Patrona de Murcia se presenta vestida formando con su manto un amplio triángulo, haciendo así referencia a la silueta de uno de los símbolos del Padre Eterno y de la Trinidad, la pirámide. A sus pies y también desde finales del XIX, aparece una luna de plata, simbolizando que la Virgen María refleja la luz divina (Cristo-Sol) pero Ella no es en sí la luz sin la presencia del Hijo. Porta atributos de realeza, como son el cetro en su mano derecha y la corona de imperiales en su cabeza y la del Niño, quien también porta en su mano izquierda un globo terráqueo coronado por una cruz mientras bendice con la derecha. El rostro de la Virgen se muestra siempre enmarcado por rico rostrillo de plata y piedras preciosas, que viene a realzar aun más si cabe la belleza sin comparación de su “cara morena”. Los ricos pectorales que luce en su pecho y que se le siguen regalando, devienen de la tradición secular en que los obispos ofrendaban sus pectorales episcopales a la Virgen de la Fuensanta. Por último, el bastón de mando y el fajín de Generala fueron incorporados a la imagen en 1808, como se ha visto más arriba.

 

Alejandro Romero Cabrera, Licenciado en Historia del Arte y Vocal de cultos de la Real Hermandad de Caballeros de Ntra. Sra. de la Fuensanta.